domingo, 25 de julio de 2010

¿Por qué no voy más al jardín?




Vanesa llegó hasta la puerta del salón sin ningún problema. El problema se le apareció cuando miró de reojo el aula, las mesas, las sillas, el pizarrón... entonces optó por no entrar. Quedó paralizada en la puerta con la vista clavada en el piso. Por suerte le tocó una maestra simpática, comprensiva, paciente y, sobre todo, muy sonriente(ESA, esa soy yo!). Me acerco, le doy un beso, le digo dulcemente:
_Vamos Vane? Tengo un montón de cosas en el salón! Te gusta dibujar? Porque tengo crayones y hojas! Y la masa? Te gusta jugar con masa? Tengo roja y verde! Le extiendo mi cálida mano mientras le digo: Venís conmigo?_.
Levanta la vista, me mira fijo y me contesta:_Yo con vos no voy a ninguna parte_.

Mientras tanto Luna llora. Por suerte la madre le dejó traer a su muñeca.Luna tiene un pañuelito. Prolijamente se seca las lágrimas. Pero mira alrededor y no puede contener el llanto. Vuelve a sacar el pañuelito, se seca las lágrimas, le seca las lágrimas a su muñeca, y se sienta un poco más tranquila.

Hace rato que entramos al aula. En mi afán de hacer casi imperceptible el cambio entre el jardín y la escuela, los recibo con una hermosa canción. Les encanta y piden que la repita. Dibujamos en hojas con lindos colores. Sacamos la tacita y compartimos la merienda. Salimos al patio y jugamos a un ingenioso juego con figuras de animalitos. Otra vez en el aula les doy plastilina. Realizan divertidísimos muñecos de animales. Se sientan en ronda y les leo un preciosísimo cuento. Se acerca Tomás y me pregunta:_¿Y cuándo vamos a estudiar?_.

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